Agencia La Oreja Que Piensa. Por Alberto Borda.
Carlos Guerrero conocido en el ambiente del circo callejero como “Turbina”, no tuvo miedo al grotesco. Con su habilidad dominó su monociclo y manejo las clavas, sintiéndose un malabarista, no de la realeza como en la antigua Grecia o China, sino para los pibes del barrio.
Turbina nunca olvido su participación en una convención de circo en el país hermano de Bolivia.
Allí cambió su vida. Se apasiono por el arte popular y se puso a trabajar, aprendiendo los saberes teniendo como referente entre otros a un grande: el payaso Punk Chacovachi.
Con su espectáculo “Pitito Mimo Clown” recorre la gran ciudad, pero llegaría para perpetuarse como “Turbina Circo”, con mucha más experiencia, trucos y diversión en las plazas de nuestra urbe.
Se consideró un artista itinerante, un comunicador social, que transmitía un mensaje claro, un caminante de lugares y calles conquistando a los pibes que lo llamaban afectuosamente “Turbi”.
“Ser artista es sentirse libre” repetía. Tan libre que solo los virtuosos como él pueden recorrer la galaxia del hombre….
(*) Turbina fallecio el domingo 4 de febrero a los 33 años.