Desde mediados de 2009 Honduras vive una situación política extremadamente frágil. El Golpe de Estado del 28 de junio contra el ex – presidente Manuel Zelaya desembocó en elecciones consideradas como “ilegítimas” por un amplio sector de la ciudadanía. El presidente Porfirio Lobo que asumió su mandato el 27 de enero del año en curso no logró frenar la resistencia popular pacífica que estalló como respuesta al Golpe, se generalizó en todo el país y que continúa aún activa.
Síntesis radiográfica de la lectura de la realidad que hace Carlos Humberto Reyes, presidente del Sindicato de Trabajadores de
- La comunidad internacional parece muy dividida con respecto al actual Gobierno hondureño. Una parte, no lo reconoce. Otra sí. ¿Cómo lo interpreta el FPRN?
- Para nosotros es un gobierno ilegítimo, producto directo del Golpe de Estado del año pasado. El presidente actual es una nueva cara del mismo Golpe. No obtuvo ni el 30 % de los votos y se registró una muy alta abstención. Lo que se pretende aplicar es el guión del Gobierno de los Estados Unidos, quien apostó a la hipótesis que toda la situación se resolvería con las elecciones. Pero esto no es el caso. Especialmente para muchos gobiernos latinoamericanos quienes ven lo que sucedió en Honduras como un nuevo proceso de agresión contra el continente y su institucionalidad democrática. Hay señales preocupantes: la instalación de una nueva base militar norteamericana, la segunda, en mi país; las nuevas bases estadounidenses en Colombia; la continuidad de la base en Guantánamo...Signos de una militarización que hace recordar décadas pasadas.
- ¿Es decir, según la resistencia, la causa del Golpe de junio pasado es esencialmente geopolítica?
- Sí. El proyecto norteamericano de rearmar dos gendarmes en la región. Honduras en Centroamérica y Colombia en Sudamérica. Con el precepto claro que “si no controlan América Latina, es decir su patio trasero, no podrán dominar el mundo”
- ¿Cómo evalúa el programa del presidente Porfirio Lobo en sus primeros tres meses de nuevo Gobierno?
- No existe un tal “nuevo” Gobierno. Para nosotros es, como lo dije antes, la nueva cara de la misma dictadura. Lo han querido presentar como un Gobierno de unidad nacional, de integración, abierto a una supuesta amnistía y que impulsaría la instalación de una Comisión de Verdad. Pero todo esto es falso. No puede haber unidad ni integración nacional a partir de elecciones adulteradas. Su visión de amnistía es para limpiar a los militares golpistas. ¿Para qué puede servir una Comisión de Verdad si ya ellos mismos se auto-amnistiaron? Toda una política descarada. Y esto sin analizar lo que sucede en el plano económico y social. Una vuelta atrás de las conquistas que sindicatos, trabajadores, y otros sectores habían logrado durante el período del Presidente Zelaya.
- Pero las autoridades hablan de una situación política institucionalizada...
- La principal realidad es la de una resistencia que aumenta su fuerza, fortaleciendo la organización y movilización. Próximo gran desafío: recolectar hasta el 28 de junio próximo 1 millón 150 mil firmas, exigiendo una consulta popular, una asamblea constituyente, reivindicación que constituyó el detonante para justificar el Golpe del año pasado. La gente está entusiasta con esta iniciativa. La movilización, la resistencia, continúa activa. Organizamos seis grandes manifestaciones en ciudades importantes para el 1ro de mayo.
- ¿Todo esto indica, según su análisis, una resistencia fortalecida, a pesar de la represión?
- No hacemos hoy una movilización por día como el año pasado. Pero la resistencia se ha generalizado a todo el país. Realizamos un trabajo serio de organización, concientización y movilización. Seguimos denunciando el Golpe e insistimos en la propuesta de
- La resistencia hondureña constituyó una sorpresa para más de uno, dentro y fuera del país. ¿Cómo se explica la fuerza de la misma?
- En realidad no nace el 28 de junio, de un día a otro. Nuestros pueblos vienen resistiendo de hace más de 500 años. En su historia contemporánea Honduras fue utilizada siempre como base de las operaciones norteamericanas en el continente. Para agredir al gobierno guatemalteco de Jacobo Arbenz, en los años cincuenta. Como base operativa del intento de invasión contra Cuba en los sesenta. Desde la base de Palmerola, las administraciones norteamericanas promovieron la guerra contra el sandinismo y contra el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador, en los ochenta.
Sin embargo siempre existió un movimiento popular muy activo, que fue duramente reprimido, con muchos muertos, desaparecidos etc. Hay una capitalización histórica de esa experiencia. Superamos las fracturas entre lo social y lo político. Y nuestro movimiento popular junta e integra esos dos aspectos. Y eso explica que en pocas horas, inmediatamente después del Golpe de Estado de junio pasado, se haya iniciado un proceso magnífico de movilizaciones y de resistencia.
- ¿Hay algún sector predominante dentro de la resistencia?
- No, contamos con una gran diversidad y una conducción horizontal, distribuida en cada región, poblado, barrio. ¿Cuándo se daban las movilizaciones contra el Golpe y la policía atacaba, quiénes respondían y los hacían correr a los represores? Las “maras” (grupos juveniles). Un fenómeno muy importante con fuerte participación juvenil. Y también las mujeres. El movimiento sindical y los campesinos; los maestros y la empresa privada; los indígenas y negros...Los grupos de gays y lesbianas, quienes sufrieron muchos ataques y víctimas. En la medida en que se puedan mantener las alianzas tenemos la posibilidad de triunfar. Porque somos hoy la fuerza política más grande del país, decidida claramente a tomar le poder.
- ¿Cuál es su prognosis sobre cómo va a continuar la dinámica política en un país tan polarizado?
- Nosotros vamos a seguir promoviendo este proceso de consulta y de lucha por una asamblea constituyente que permita refundar
- Una última reflexión de cara a la comunidad internacional...
- Nos preocupa mucho que se perpetúen en Honduras los crímenes contra miembros de la resistencia; las agresiones y asesinatos de periodistas independientes; las violaciones de derechos humanos. Es importante que la comunidad internacional no reconozca al actual Gobierno. Que los países de