“Considero que las dictaduras militares son una manifestación de nuestra debilidad, aunque las mismas no sean una exclusividad de los subdesarrollados. Existen dictaduras también en países muy desarrollados: basta recordar a la Italia de Mussolini, a la Alemania de Hitler, a la Rusia soviética de Stalin. Esto nos prueba que en las naciones desarrolladas también existen debilidades cívicas. En nuestros países de América, los presidentes tienen a veces excesiva autoridad, pero no debemos olvidar que existe una autoridad mayor: el imperialismo económico.”
2
“Durante tres siglos y por lo menos hasta el siglo XIX, mantuvimos en la esclavitud a 200 millones de africanos, deportamos decenas de millones entre ellos e hicimos morir a otros tantos negros, nuestros hermanos.
“Después vino la experiencia colonialista, con la ilusión de «misión civilizadora» llevando inclusive misioneros a dar el apoyo moral a los dominadores imperialistas.
“Hoy, aparentemente, terminó la esclavitud, aunque en América Latina quedan innumerables esclavos mantenidos en condiciones infrahumanas, por coterráneos que no admiten la alteración de las actuales estructuras económicas y sociales, injustas y esclavistas.
“Hoy, aparentemente, terminó el colonialismo, pero América Latina —con siglo y medio de experiencia— puede prevenir a los pueblos hermanos de Asia y África que la independencia política sin independencia económica nada significa.”
3
“Me hace gracia oír hablar del «mundo libre» cuando allí la miseria esclaviza y agobia a las personas. También deseo hablar a mis amigos ricos, a mis hermanos que realmente tienen todo, llamarles la atención sobre el peor tipo de colonialismo, el colonialismo interno. Llamo ‘colonialismo interno’ a la actitud mantenida dentro de los países subdesarrollados por hombres que se enriquecen desmesuradamente a costa de sus propios compatriotas, a los que mantienen en condiciones infrahumanas.”
4
“Si observamos cuidadosamente las empresas aparentemente numerosas de cualquier país desarrollado vemos que ese conjunto queda reducido a un pequeño núcleo todopoderoso. Ese núcleo está ligado, ya se ve, a pequeños núcleos económicos en los demás países industrializados y con amplias redes que cubren todos los países subdesarrollados.
“He aquí a los poderosos señores del mundo, a los fríos calculistas que manejan la guerra y la paz (claro que sobre todo la guerra), los insensibles conductores de las finanzas Internacionales. No es fácil que las agencias noticiosas puedan escapar a su poderío. Parten de ellos imponderables que todo lo envuelven peligrosamente: desde la prensa oral y escrita, hasta los gobiernos, las universidades y —¿por qué no decirlo?— hasta los propios grupos religiosos, siempre necesitados de ayuda para sus obras apostólicas y sociales. Y ay de quien intente enfrentarlos con posibilidad de alcanzarlos de lleno: correrá el riesgo de desaparecer, sin siquiera tener el consuelo de poder descubrir la trama asesina, porque por extraña coincidencia, mueren uno a uno todos los testigos importantes.”
5
“Cada año mueren de hambre 40 millones de asiáticos, africanos y latinoamericanos… En Europa, hay un médico para cada mil habitantes; en Ghana, uno para cada 18 mil; en Indonesia, uno para 71 mil; en Sudán, uno para cada 80 mil… En el Brasil muere un niño cada 42 segundos; 85 por hora, 2.040 niños cada día …todavía hay en el mundo 250 millones de niños sin escuelas.”
6
“Gobiernos y patrones –y en el caso de América Latina son expresiones casi sinónimas-, sin tomar en serio la religión, en lo íntimo sacaron de ella el máximo provecho posible. En la hora en que la Gaudium et Spes, repensada y profundizada por la jerarquía latinoamericana en Mar del Plata, secundada y respaldada por la Populorum Progressio, nos lleva a una presencia activa en el desarrollo y en la integración de América Latina; sentimos que no puede demorarse que seamos los primeros en dar ejemplo de libertarnos de las estructuras, cuya superación, según afirmamos, es básica para que haya en el continente desarrollo con justicia, esto es, posibilidad de desarrollo auténtico.”
7
“Si soñamos con un Brasil libre y desarrollado; si soñamos con una América Latina no sólo política, sino económicamente independiente y verdaderamente libre, no cometamos la insensatez de desprendernos de una órbita, para caer en otra.
“Debemos unirnos dentro de nuestro país. Debemos unirnos dentro del continente. Debemos ayudar a que todos los pueblos subdesarrollados se unan —sin servilismos y sin convertirse en satélites de ningún país— pero también sin la intención de enfrentar a un mundo con otro. Nuestro objetivo es la solidaridad universal. Pero si carecemos de valor para dejar de lado las ayudas que no ayudan y hasta perjudican; si nos falta tino para superar, dentro de nuestros propios países, el egoísmo y la ambición que, en el piano internacional, ponen en peligro la paz del mundo; si nos falta el deseo sincero de llegar a auténticas integraciones nacionales y continentales; si no se logra el efectivo entendimiento del Tercer Mundo no conseguiremos pasar de la situación de mendigos a la categoría de iguales.
“América Latina sólo marchará efectivamente hacia la propia autonomía, el día en que, como consecuencia de una clara y firme opción política, sus gobiernos declaren: «En puertos de este continente no se embarca más materia prima en estado bruto». Basta de entregar ingenuamente las materias primas por un precio vil, para volverlas a comprar meses después, industrializadas, por precios cada vez más altos.”
(*) Selección de textos publicados en la revista Crisis número 25, mayo de 1975
Hélder Pessoa Câmara (nace 7 de febrero de 1909 en Fortaleza, en el nordeste de Brasil- Recife. Fallece el 27 de agosto de 1999), fue un sacerdote, importante Obispo de la Iglesia Católica , impulsor de la opción preferencial por los pobres.