Sábado 30 de octubre 20.30 hs en Patio de Actores (Lerma 568 CABA)
Agencia La Oreja Que Piensa.
SINOPSIS
Una pareja de recién casados llega de viaje de luna de miel a un lugar hermoso e idílico, pero estalla la pandemia del coronavirus y deben permanecer allí por la estricta cuarentena. La separación de sus familiares y la escasez de dinero, hacen resaltar los efectos secundarios del aislamiento.
La curva ascendente y mortal del virus crece a la par del maltrato y de a poco, el confinamiento se vuelve una cárcel de difícil salida.
FICHA ARTÍSTICA
Autor: Marina Wainer | Elenco: Romina Pinto - Iván Steinhardt | Asistencia General: Emilio Zinerón | Escenografía y Vestuario: El Vacío Fértil
| Iluminación: Marina Wainer | Diseño y Realización de Sonido y Video: Iván Steinhardt | Diseño Gráfico: Romina Pinto | Producción Integral: El Vacío Fértil | Prensa: Paloma García para GARBO PRENSA | Fotografía: Eugenio Cornacchione, Eduardo Luis Muro y Paloma García |
Dirección: Marina Wainer
Duración: 70 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
¿Por qué una obra sobre violencia de género? Por Romina Pinto e Iván Steinhardt
En enero y febrero del convulsionado 2020, al final de cada función del díptico de autores españoles contemporáneos que hicimos en Patio de Actores, le contábamos al público presente cuáles eran las siguientes temáticas que íbamos a abordar en nuestros próximos proyectos: la deficiencia y burocracia en el sistema de salud y la violencia de género. Hoy comprobamos que las intuiciones e inquietudes artísticas concatenadas con el compromiso social no son casualidad.
El coronavirus era apenas un rumor, pero como nos viene sucediendo desde la creación de El Vacío Fértil, cada vez que un tema nos dio urticaria y empezaba a querer salir, los proyectos llegaron. Quiso la causalidad que tanto el tema de la salud como el de violencia de género se juntaron en nuestro nuevo espectáculo. Nos pusimos a investigar mucho, hablar con especialistas, buscar textos, indagar en los sucesos cotidianos y también miramos hacia adentro. A nosotros mismos.
A lo largo de todo el tiempo de aislamiento social preventivo obligatorio, hemos visto desde nuestro lugar de CONFINAMIENTO el horror de la gigantesca cantidad de FEMICIDIOS que lejos de disminuir en nuestro país y en el mundo, aumentaron; no sólo en cantidad, sino en su nivel de crueldad, sadismo y violencia. Pareciera ser que cuanto más movimientos, colectivos y manifestaciones surgen, más aumentan los casos. Da escalofríos pensar que en lo que va del año 2021 el número de mujeres asesinadas en el marco de la violencia doméstico-familiar es ciento cuarenta y dos y posiblemente cuando Ud. lea estas líneas el número haya aumentado.
De manera tal que necesitábamos ir al origen. Al período de gestación de esta violencia. Nos llenamos de preguntas. ¿Por qué así? ¿Dónde y cuándo comienza la naturalización del sistema posesivo y dictatorial del hombre sobre la mujer? Los límites del respeto no se pasan de un día para el otro. Crece. De a poco. Y se va instalando tanto en la víctima como el en el victimario de manera tal que cuando llega el primer grito, el primer golpe, parece una consecuencia tan lógica como espantosa.
El virus y su letalidad creció afuera, pero la violencia machista surgió adentro de muchos hogares. Imaginar una mujer teniendo que elegir entre una posible muerte o la otra es lo que nos impulsó inmediatamente a hablar de esto. Si las temáticas que abordamos antes son cruciales, esta es, además, urgente. Así lo entendimos, y hacia eso vamos.