Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina 2010. (Por Adela Vargas) (*)
Como muchos otros ciudadanos, no pude permanecer indiferente a estos tan esperados y promocionados festejos del Bicentenario Argentino. Y ante semejante acontecimiento salí a las calles de la ciudad de Buenos Aires a ver de qué se trataba semejante revuelo.
En primer lugar nunca vi tanta gente junta, pero sin embargo superado el trance del amontonamiento, se pudo apreciar el impecable orden logrado y por otra parte aceptado por todos.
Sin lugar a dudas se apreciaba todo mejor por tele, para ver algún desfile, recorrer algún stand, presenciar algún show, pero el espíritu que se sentía allá solamente recuerdo haberlo sentido en los desfiles de nuestra infancia ¿se acuerdan? Cuando todavía no teníamos toda la carga de historia y rencores, porqué no, que fuimos adquiriendo en estos últimos treinta años de historia democrática (¿?)
Recuerdo que ver tanta gente reunida para recordar simplemente que éramos argentinos me daba un sentido de identidad que, reconozco, fui perdiendo sin duda, por muchas malas jugadas de gobiernos (y oposiciones) que se sucedieron en estos años que sólo pensaban y piensan en ellos mismos y no en la Patria Grande que soñaron nuestros héroes silenciosos.
En estos festejos del Bicentenario, ya junto a mis hijos, me encontré una vez más, presa de ese sentimiento genuino de orgullo nacional, cantando a viva voz la Marcha de San Lorenzo, agitando la bandera con entusiasmo, gritando junto a verdaderos desconocidos un sentido ¡Viva la Patria! Y esperando con emoción las doce de la noche del 24 para cantar el himno y el feliz cumpleaños a la Patria.
Simplemente quise compartir esta experiencia con ustedes y me pregunto si fue un sentir colectivo, si realmente estamos presenciando el nacimiento de una nueva etapa (bienvenida sea) como nación y como ciudadanos cada uno desde nuestro lugar. Sea como sea ¡Feliz Cumple Argentinaaa!
(*) Integrante de la Revista Cudltural ContArte