Agencia Informativa La Oreja Que Piensa. Por Luis- Blaugen-Ballin (*)
"Dios no podía estar en todas partes a la vez. Por eso creó a las madres". Rudyard Kipling.
El pasado viernes 1° de noviembre, abandonó ese plano la compañera Mirta Acuña de Baravalle.
Mirta nació el 12 de enero de 1925 y fue una de las 14 fundadoras de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y de las 12 de Abuelas (entre ellas Chicha Mariani y la abuela Delia Giovanola), agrupación formada por iniciativa de Licha Zubasnabar de De La Cuadra.
El 26 de agosto del ‘76 sucedió el secuestro de su hija Ana María, quien estaba embarazada, y la pareja de ésta, Julio César Galizzi.
En esa fecha fatídica arranca el derrotero incesante de Mirta en búsqueda de su hija. Al año siguiente aparece entre las primeras madres y abuelas que marcharán en la Plaza.
Integra el sector denominado Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
Como ironía del destino, sabemos que su nieta/o Camila o Ernesto nació en cautiverio, para la misma fecha del cumpleaños de Mirta, el 12-01-77.
Al día de hoy, él/ella desconoce su verdadera identidad, siendo una persona que no puede vivir en la verdad. Lamentablemente, Mirta se ha marchado sin poder jamás acariciarlo ni darle un beso siquiera.
El pensamiento de Mirta.
“A principios del 77 fui a la Casa de Gobierno, a entrevistarme, porque supuestamente nos iban a dar información. Ahí nos quedamos esperando a que alguien nos informase, pero nadie lo hizo.
Y seguimos yendo. Una mañana estábamos cinco personas frente a la Casa de Gobierno y llegaron cinco soldados con sus Itacas a pedirnos que nos retiráramos, así que nos fuimos a la Plaza, donde hay un banco circular.
Nos sentamos en el banco tres mujeres, una de ellas puso una bolsita en el suelo, sacó un tejido y se puso a tejer, como diciendo: “Aquí estamos tranquilamente tomando el sol”.
Era Azucena Villaflor de Vincenti. Fue ella la que nos convocó para ir a la Plaza, porque era el único lugar dónde había una posibilidad de ser escuchadas. El primer jueves éramos catorce pero después, lamentablemente, los secuestros empezaron a ser tan sistemáticos que cada vez éramos más”.
“Hay una generación que no está, están los hermanos y el dolor de ellos es infinito, les llevaron a sus hermanos, les falta parte de ellos como un núcleo familiar, falta un ser querido y ahí hay un agujero”.
“La democracia se construye todos los días... no es gratis... no está acotada al acto de votar y nada más”.
Hasta siempre, querida Mirta. Como dijo Roberto Santoro, "Un día florecerá la vida y el sol tendrá el color que se merece".
“No sea cobarde: luche como una abuela”.
(*) (*) Estudió en la Escuela de Artes Visuales Antonio Berni y, paralelamente, música en el Conservatorio de San Martín y en el Manuel de Falla. Como autor-compositor escribió tangos y milongas. Como artista plástico efectuó esculturas, grabados y pinturas.