Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina 2010. Por Alberto Mas (*)
La foto en la Sociedad Rural publicada por Página 12 del 28/07/10 mostrando a la Mesa de Enlace con lo más granado de la oposición compuesta por distintas vertientes del radicalismo y señores feudales de las provincias, más allá de sus declamadas adscripciones partidarias reclamando retenciones 0 para la producción del llamado “campo”, me produce terror.
Los varones de la neo-oligarquía siguen vivitos y coleando, con el apoyo de los grandes medios concentrados que pretenden concentrarse más aún y voltear la nueva ley de medios. Y los sectores políticos que se autodefinen progresistas y solo logran ser una vía rápida a la sumisión de la política imperial norteamericana, para con éste mundo de hoy, globalizado y amenazado de nuevas guerras e invasiones por el apoderamiento de las reservas naturales de la Humanidad.
Esta neo-oligarquía que no logrará nunca sacarse ese olor a bosta de vaca que la caracteriza en su pensamiento, y aunque hoy se vista de verde soja, la propuesta política sigue siendo la misma de antaño, la misma de ayer, sobreexplotar la tierra de lo que ellos llaman “campo”, con todo lo que lo ocupe, seres humanos, animales, cultivos, para exportar a su exclusivo provecho, todo.
Este proyecto implica que el consumo interno, aquel que exceda el necesario para la mínima subsistencia, está atentando contra sus intereses y principios democráticos, que un Estado que pretenda regularles las utilidades, es un Estado Totalitario, y todos aquellos que se les opongan son corruptos comprados por esos políticos adeptos a la dictadura estatal.
No los escuche nunca hablar de sus apoyos a las dictaduras militares y genocidas, apoyos económicos, políticos y de participación activa en sus gobiernos. Hoy se benefician de las políticas activas del Estado. Pero quieren todo, se vienen por todo. Como lo han hecho históricamente. Desde Alsina y Roca, con genocidios de aborígenes y levas obligatorias dentro del campo popular, hasta los Biolcatis, los LLambías, los Buzzis y Martínez de Hoz más actuales, aunque no menos voraces que aquellos fundadores de la modernidad económica agro-exportadora, entregada al imperio inglés, utilizan los mismos métodos de vender su mentira como la verdad reveladora, son los grandes patriotas que construyen la Nación.
Esta neo-oligarquía, retrógrada, explotadora y fascista en lo político, con el manejo de los medios comunicacionales, han logrado que el estupidismo de las clases medias urbanas (que tienen miedo de perder lo que no tienen ni tendrán con este “campo”, y que quieren creer que la famosa “copa” se llenará y se derramará sobre ellos y que entonces ese día llegarán a ser “clase alta”), se constituyan en sus aliados incondicionales y en piqueteros aguerridos con perfumes caros, la nueva alianza: las 4x4 con las ollas de teflón.
En medio de todo esto, algunos que dicen ser representantes de los humildes, dicen que no, pero hacen para que sí, amagan con la izquierda y pegan con la derecha, y como Lozano vota contra la 125.
¿Este es un gobierno revolucionario? ¿Está intentando suprimir la propiedad privada? ¿Declama el socialismo del siglo XXI y toma a Cuba como paradigmas? Me respondo que NO. Pero viendo los que lo agreden, no me queda otra que defenderlo, porque si no, la asignación universal por hijo, la nueva ley de medios, la posibilidad de una nueva ley de servicios bancarios y financieros, la jubilación pública, el lento crecimiento de la ocupación, la mínima mejora en la distribución del ingreso, los planes sociales que al menos sacan del hambre a la familia, el recupero económico del mercado interno, los juicios a los genocidas, etc., etc., se perderían, y con ello las esperanzas de millones de personas de acceder al trabajo digno, al consumo necesario, a la salud, a la educación, al esparcimiento, a vivir dignamente.
¿Este gobierno hará todo esto? No creo. Esto lo haremos como pueblo y sociedad organizados y luchando para lograrlo. Lo que si sé, es que con la neo-oligarquía del “campo” y aquellos que se apoyan en ellos para obtener las migajas del poder político, no lo haremos.
No quiero pecar de materialista y hacer uso de la dialéctica en una forma tan lineal, que la contradijera, pero nunca estaría en la misma vereda que mi enemigo. Por eso si en una vereda está la sociedad rural y sus obsecuentes socios, yo voy a estar en la de enfrente, al lado de mis amigos y de aquellos afectados por ésta banda verde sojera, que muchas veces utilizaron el verde oliva para lograr sus propósitos, en todo caso, el que no quiera compartir la vereda conmigo, que se cruce, porque si se queda en el medio de la calle el camión de la historia se lo llevara puesto.