Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina 2010.Por Ana Almada
Sobre el 8 de marzo existen diversas versiones. Hasta no hace mucho se conmemoraba EL Día Internacional de la Mujer en homenaje a las obreras textiles muertas en un incendio ocurrido en una fábrica textil de Nueva York en 1857
Otra versión habla que este día se conmemora en base a una propuesta llevada por Clara Zetkin, una representante de la Conferencia de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague en 1910. En ocasión de celebrarse el año internacional de la mujer las Naciones Unidas decide instaurar el 8 de marzo como el día internacional de la mujer.
Otra controversia suscitada es quienes están a favor que exista un Día de la Mujer y quienes están en contra sobre la existencia de este día. Finalmente en la actualidad esta conmemoración se ve desvirtuada cuando aparece el lado comercial y queda en el simple (o no tan simple) regalito.
Este día (y todos los 8 de marzo) deben servir para la reflexión, aun cuando seguimos relegadas en muchos aspectos y no existe la igualdad de oportunidades.
Por citar un ejemplo: a las horas que decidamos dedicarle a nuestro trabajo, nuestro estudio, etc. siempre debemos sumarle la tareas del hogar y otras naturalizadas que nos acompañan por ser mujeres.
Cuando hablamos de reflexión, va acompañada de lucha que se viene dando desde hace mucho tiempo, cuando nosotras nos organizamos y pedimos el fin de las guerras, por el sufragio femenino, por mejores condiciones laborales, por los derechos económicos, sociales y culturales.
La historia nos muestra que en los momentos sociales y políticos más difíciles las mujeres han ocupado un lugar preponderante, ejemplo de ello son las Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, las mujeres de los pueblos originarios.
Un ejemplo digno de destacar y que se da en nuestro país es el Encuentro Nacional de Mujeres que ya lleva 25 años. El mismo se realiza todos los años en las distintas provincias. En estos encuentros que duran 3 días se reúnen alrededor de 20.000 mujeres auto convocadas para discutir y reflexionar sobre distintos temas. De las riquísimas y larguísimas discusiones (que a veces duran años)que luego son llevadas por las participantes a sus lugares cotidianos, prepararon a la sociedad en su conjunto para alcanzar leyes como la de salud sexual y reproductiva, ley de violencia familiar, ley de divorcio, patria potestad, ley de cupo, etc.,
Alicia Moreau de Justo siempre decía: ni un paso atrás ni un paso adelante, codo a codo junto al hombre para lograr la liberación de la humanidad.
Desde La Oreja que Piensa no queríamos dejar de saludar a todas estas mujeres que día a día hacen de su lucha una forma de vivir.