Agencia La Oreja Que Piensa. Por Sergio Ferrari
El sociólogo y analista político chileno Ricardo Jiménez vive en Perú desde hace más de diez años. Acaba de participar en la elaboración del dossier Perú: un sueño postergado, publicado por la prestigiosa agencia de noticias ALAI, con sede en Ecuador, pero con amplia cobertura de los países andinos.
P: ¿Cómo visualiza el futuro de Perú en caso de que gane Pedro Castillo?
Ricardo Jiménez: Es difícil prever cómo gobernaría Castillo, porque es imposible predecir el futuro. Hace apenas unas semanas, casi nadie lo conocía y casi todos pensaban que no era un candidato significativo. Ahora, grupos de poder tradicional ya leen el futuro y auguran desastres en caso de que gane. Castillo y Perú Libre representan el hartazgo de la población y serían una respuesta a la crisis estructural actual. Perú debe optar entre salir de la crisis o caer en una de represión y corrupción acrecentadas. En mi opinión, esta segunda opción, solo podría imponerse con un fraude. En ese caso estallaría el país mucho antes de terminar el mandato de Keiko Fujimori.
P: La clase política tradicional peruana y algunos medios de información internacional presentan a Castillo como la expresión de una izquierda radical.
RJ: Buscan satanizar a Perú Libre. Esto es prejuicioso. Fabricado en gran parte por la derecha. Y por la ignorancia y los prejuicios de la clase media progresista limeña, que se ha hecho eco de esa caracterización. Perú Libre es una fuerza de izquierda nueva, recién creada en 2007. Sus dirigentes y cuadros promedian, en su totalidad, los 40 o 50 años y hay muchos líderes jóvenes. Una de las críticas contra Castillo va en la dirección de decir que éste no contaría con un equipo de gobierno jerarquizado. Pero el problema del Perú, su crisis terminal, no es técnica sino política. Este debate sobre el tecnicismo de la gestión corresponde a un viejo discurso neoliberal de hace 30 años, ahora gastado. En la actualidad se trata de voluntad política para el cambio. Empezando por la Asamblea Constituyente y una nueva constitución; los aumentos significativos e impostergables de recursos para los actuales presupuestos públicos de salud y educación. La segunda reforma agraria y la diversificación productiva, entre otros temas principales.
P: ¿Cómo definiría conceptualmente a Perú Libre?
RJ: Se trata de una izquierda popular, auténticamente autónoma, sin complejos y que no busca ni acepta chantajes de la derecha. Una propuesta política que, sin pedir permiso a nadie, sin “big data” y estrategias de “twitter”, viene desde Los Andes profundos. Integra a sectores siempre despreciados por el racismo y el clasismo: el movimiento rondero (organización comunitaria y participativa) campesino y urbano, que es el movimiento social más importante del país y que forma parte de Alba Movimientos, esfuerzo de integración social latinoamericana. También incorpora a sectores sindicales de profesores, que han sido los más combativos y críticos contra el abandono neoliberal de la educación en los últimos años, y que tienen la capacidad de disputar electoralmente los cerros pobres de Lima.